Si me dicen que tengo que indicar un ingrediente vital para poder tener éxito en aquello que me proponga yo diría la Disciplina. Si no conoces en qué consiste te invitamos a disfrutar de la siguiente lectura. Dedícate unos minutos para crear el camino de tus inspiraciones.
En muchas ocasiones nombrar la palabra disciplina evocaimágenes muy diferentes; desde la de un férreo sargento militar hasta la de una estricta maestra agitando una regla.
Te diré que la adquisición de disciplina te proporcionará la llave hacia tus sueños y aspiraciones. ¡Sí, sí! Así como lo estas leyendo. La Disciplina es el puente que existe entre nuestras ideas y nuestro logro, es el pegamento que une la inspiración a nuestros resultados.
Para que un cometa pueda volar, debe levantarse con el viento en contra. Ahí reside la disciplina, esa fuerza que acompaña a los que son conscientes.
En mi opinión es la base, esos cimientos sobre los que se construyen los éxitos, por ello, la falta de disciplina conduce a un fracaso irreparable en muchas ocasiones. Sin embargo, curiosamente, muchos no asocian la falta de disciplina con la falta de éxito. La mayoría se imagina el fracaso como un acontecimiento trascendental, como por ejemplo, un despido en el trabajo o una empresa que quiebra. Los fracasos no ocurren así; raramente son el resultado de un suceso aislado. Se trata de una larga lista de pequeños fracasos acumulados en el tiempo a causa de la ausencia de disciplina necesaria.
Para ser rápidos y sin rodeos: El fracaso se produce cada vez que no somos capaces de pensar en el día de hoy o de actuar hoy mismo, de esforzarnos, aprender, remontar o continuar hacia adelante…
Si hoy tu objetivo requiere que escribas 5 correos electrónicos y luego escribes solo 2, hoy te has quedado por detrás en 3 correos electrónicos. Si te has comprometido a hacer 10 llamadas telefónicas y haces solo 5, hoy te has quedado por detrás en 5 llamadas telefónicas. Si tu plan financiero indica que ahorres 10 euros y no ahorras ninguno, hoy te quedarás por detrás en 10 euros.
El peligro llega cuando nos fijamos en un día desperdiciado y la conclusión que sacamos es que no sucede nada malo. Después de todo, se trata de un único día. ¡Por un día no pasa nada! ¡Total, se trata de un día! ¡Mañana adelanto! Sin darte cuenta, aí está el error.
Ahora suma todos estos días hasta hacer la suma de un año y luego suma estos años hasta hacer toda una vida. Es en este momento cuando podrás ver cómo la repetición de esos pequeños fracasos en el día de hoy pueden transformar tu vida en un desastre mayor.
El éxito sigue exactamente el mismo patrón, sin embargo a la inversa
Si planeas hacer 10 llamadas y vas mas allá de tus previsiones haciendo 15, te quedas por delante en 5 llamadas telefónicas en el día de hoy. Haz lo mismo con tu correo electrónico y con tu plan de ahorro… pronto verás los frutos acumulados en un año y quizás durante toda una vida.
La disciplina es la llave maestra, la que nos abre las puertas a la felicidad, a la riqueza, a la cultura, a la alta autoestima, a los grandes logros, a los sentimientos de orgullo, satisfacción, éxito y una Vida Plena.
¿Qué necesitas para adquirir disciplina?
En primer lugar, se requiere que seas plenamente consciente de la importancia que representa la disciplina en tu vida; pregúntate:
¿Qué quiero lograr en la vida?
¿Qué cambios necesito implementar para poder alcanzar mis objetivos?
En segundo lugar, pregúntate honestamente:
¿Estoy dispuesto a realizar el esfuerzo requerido?
Si tu respuesta es un ¡Sí!, necesitas realizar un compromiso a largo plazo contigo mismo para mantener tu disciplina de forma consistente. Por último, ten en cuenta que tu compromiso será puesto a prueba cuando surjan circunstancias que podrían afectarlo directamente; es en este momento cuando tendrás que actuar —llueva o haga sol—.
Al decir verdad, tu disciplina hará mucho por ti, sin embargo mucho más importante será lo que hará contigo. Hará que te sientas satisfecho contigo mismo; incluso la disciplina más pequeña puede tener un efecto increíble en tu actitud, al igual que la buena sensación que tienes sobre tí mismo es casi tan buena como el sentimiento que proviene de cumplir con esa disciplina.
Es la que atrae las oportunidades, te invita a que pongas los estándares más altos, por lo que fomenta el éxito y se niega a aceptar el fracaso. La disciplina deja emanar la valentía que desarrolla una acción positiva y controla los pensamientos negativos. ¿Qué maravilla verdad?
La excelente noticia es que: ¡Hoy mismo puedes empezar! No digas: “Si pudiera, lo haría”. Dí en su lugar:
“¡Si Quisiera, Podría!,”
“ ¡Si Yo Quiero, Yo Puedo!”
“¡Lo Voy a Hacer!”
“¡Lo Haré!”
Escríbelas cada día hasta coger la disciplina en aquello que te has propuesto. Te garantizo que funciona; el día que exista una turbulencia, pensarás que hoy es el momento y lo harás.