Los antiguos estoicos eran buenos psicólogos, aunque desconocían los amasijos bioquímicos del cerebro, aún así dominaban la naturaleza humana. Intuían la relación entre Pensamientos, Emociones y Comportamientos, de ahí que desarrollaron técnicas concretas para mejorar cada uno de sus aspectos.
Muchas de sus enseñanzas se perdieron con el tiempo y la nueva ciencia de la psicología tardó tiempo en recuperarlas.
Durante décadas, la psicología fue una ciencia a la deriva, basada en creencias equivocadas y técnicas psicoanalíticas poco efectivas.
Algunas ideas de Freud eran válidas, pero la mayoría eran fraudulentas. Hablar durante horas sobre experiencias pasadas no suele solucionar nada.
A partir de los años 50, Psicólogos como Aaron Beck y Albert Ellis, desilusionados con la inefectividad de los enfoques clásicos, buscaban un cambio. Querían desarrollar terapias que pudieran realmente aportar mejoras prácticas y medibles, en vez de seguir anclados en dogmas del pasado. Se habían beneficiado de las ideas estoicas y estaban convencidos de que podrían usarlas para sentar las bases de un nuevo enfoque.
Pensamientos negativos = ¿malos resultados?
Eran conscientes de que muchos de los problemas de sus pacientes se originaban en pensamientos automáticos negativos, bien sobre sí mismos, sobre el mundo, sobre el futuro. Estos pensamientos distorsionados generaban emociones exageradas y finalmente comportamientos equivocados, con los consiguientes malos resultados. Al enseñar a sus pacientes a identificar estos pensamientos y cuestionar sus reacciones automáticas, sus decisiones mejoraban. Adoptaban además perspectivas más productivas, que impactaban sus vidas de manera positiva.
Nuestros Pensamientos, Creencias y Emociones representan una especie de lente a través de la que vemos el mundo. Cambiando esa lente, cambiamos nuestra visión del mundo. Al contrario de lo que predican algunas corrientes modernas, el objetivo no es ponerse lentes rosadas y pensar que todo va a estar bien. El Optimismo Ciego es igual de destructivo que el Pesimismo Irracional.
¡Autoengañarse no suele funcionar!
Buscamos:
-Una visión clara de la realidad, pero entendiendo que hay perspectivas más productivas que otras.
-Actuar con determinación.
-Resistir con disciplina.
Para ello centrémonos en 3 prácticas:
Nuestra percepción cambia según el ángulo desde el que observamos. Los estoicos nos animaban a ver las cosas desde distintas perspectivas, logrando así una visión más objetiva.
Esta capacidad de observación era un aspecto fundamental de la sabiduría, considerada generalmente la virtud más importante; piensa que de poco sirve el coraje o la disciplina si nuestras acciones no van bien dirigidas.
A lo largo de los post que compartiremos de la filosofía Estoica, aprenderás a conocerte mejor a ti mismo, pero también al mundo que te rodea. Reflexionarás sobre tus problemas y los objetivos que realmente merecen la pena. Conocerás técnicas para aprender a identificar emociones mal adoptadas (como ansiedad o ira) y controlarlas antes de que causen problemas. Sólo una mente en paz puede ver la realidad con claridad. La Percepción precede a la Acción, y la Acción correcta sigue a la Percepción correcta.
La Visión sin Acción es inútil, y una vez esté clara nuestra dirección, debemos pasar a la Acción. Mucha gente fracasa al hacer esta transición, y en consecuencia nunca dan el salto del mundo interior de los planes al mundo exterior de las Acciones.
Sin acción, nada cambia
Debemos desarrollar herramientas para vencer los principales enemigos de la Acción, como la procrastinación y la falta de tiempo.
Ningún camino que lleve a un buen destino estará exento de obstáculos; como dirían los estoicos:
“Los obstáculos son parte fundamental del camino”
Debemos de dotarnos de armamento mental para enfrentar la adversidad, superando problemas y tentaciones. Es vital aprender a aceptar aquello que no puedes cambiar, liberando energía mental para lidiar con la que verdaderamente depende de ti.
Evidentemente, esto es un ciclo iterativo. A medida que avanzas en tu camino aprenderás más sobre ti y sobre tus objetivos. Entenderás mejor los obstáculos y tentaciones que te desvíen de tu destino.
Mejorar no es fácil. Requerirá de esfuerzo y atención, sin embargo el resultado puede ser transformador.
El trabajo será para desviar atención a:
Más Autoconocimiento y Menos Autosabotaje
Más Paciencia y Menos Irritación
Más Propósito y Menos Tentación
Más Productividad y Menos Ansiedad