Hace semanas estudiando unas preguntas que hacía una prestigiosa consultora para la selección de directivos en grandes corporaciones. Me llamó la atención la pregunta con la que iniciaba este post. Al principio la respuesta era clara: un León; hasta que me puse a analizar con más detalle ambas posturas. Lo voy a compartir contigo… ¿Te apetece? Vamos a ello:
Las tortugas no son precisamente el animal más sexy del planeta:
-No pueden correr deprisa.
-No pueden volar.
-No tienen grandes colmillos, ni afiladas zarpas.
-No pueden hincharse para adoptar un aspecto amenazador, ni envenenar a sus enemigos con una sustancia mortal.
Con estos datos, si los comparamos con la fuerza bruta de un tigre, las tortugas son insulsas.
Lo que en cambio tienen las tortugas son muchas estrategias de supervivencia: nadan con rapidez, se camuflan, muerden con la mandíbula y cuando falla todo lo demás, se retraen en su caparazón y esperan a que pase la amenaza.
El resto de las criaturas del mundo animal tiene dificultades cuando un depredador las acorrala. Las tortugas cuentan con la posibilidad de luchar, y ganan, porque son los tanques blindados de la naturaleza. Pueden comer una gran variedad de alimentos e hibernar cuando corren malos tiempos, por eso viven tanto.
Los tigres, por otro lado, confían en su fuerza, su poder y su velocidad para cazar a la presa. En tiempos de bonanza, los tigres son los reyes de la selva. Si las presas escasean o pierden su destreza cazando por la edad o a causa de una herida, la muerte se los lleva sin piedad; no hay una segunda oportunidad.
Lo que necesita el mundo de los negocios son más tortugas y menos tigres
Hemos visto que el mundo es un lugar incierto. Suceden cosas inesperadas, algunas buenas y otras no tan buenas. Nunca sabemos cuándo la madre naturaleza, la suerte, un depredador hambriento o un virus decida que hoy no es su día.
La capacidad de recuperación es una virtud muy desprestigiada en el mundo de los negocios. Ser firme, flexible y afrontar lo que la vida te ponga por delante es una gran virtud que puede salvarte el pellejo, literal y metafóricamente hablando.
La capacidad de recuperación nunca es óptima cuando se valora un sistema solo por su rendimiento. La flexibilidad siempre tiene un precio. El caparazón de la tortuga pesa mucho, y el animal sin duda se movería con mayor rapidez sin él, sin embargo, si se desprendiera de su caparazón quedaría indefensa si no alcanzara la velocidad suficiente para escapar.
Esto último lo comparo con negocios que quieren captar dinero a corto plazo y sacrifican su capacidad de recuperación y no se dan cuenta que al hacerlo pagan un precio considerable.
Los grandes bancos inversores son un ejemplo clásico. Tener liquidez de reserva para afrontar lo inesperado se tacha de ultraconservador e ineficaz. La práctica generalizada es apalancar la compañía una y otra vez para exprimir unos céntimos más por acción cada trimestre y eso aumenta la vulnerabilidad del negocio ante la más leve disminución de ingresos.
Dirigir un empero sin reservas de liquidez, sin seguros y con una gran deuda puede mejorar los rendimientos durante unos meses o trimestres, pero en el momento que los ingresos disminuyan mínimamente o exista algún escenario como la presencia del cisne negro, estás acabado.
El apalancamiento funciona como el combustible de un cohete: en función de cómo se utilice, puede impulsar tu negocio a altura de vértigo o hacer explotar la operación entera. Por desgracia las más sofisticadas tácticas de manipulación financiera que enseñan en las escuelas de negocios canjean implícitamente la capacidad de resistencia por unas cifras en el papel y empresas que en otros tiempos fueron boyantes pagan el precio de tener que cerrar cuando las cosas se ponen difíciles.
Prepararse para lo inesperado te hace tener una mayor capacidad de recuperación. Puede que nunca necesites recurrir a ellas, pero te alegrarás de tenerlas si fuera así.
Después de esto me quedo claro que no debemos de pensar como tigres ante la gestión empresarial y sí como una tortuga porque de este modo la empresa resistirá cualquier embate.
Deseo que disfrutes del día de hoy y recuerda que #YoMeQuedoEnCasaParaMejorarMiNegocio