Tomar el control de tu futuro: ¿Cómo afrontar periodos de fracaso?
Si eres usuario habitual de esta web, seguro que conoces a Robert Kiyosaki. Este empresario, inversor, orador y escritor hawaiano es la referencia de muchos grandes profesionales, y sus libros «Padre Rico, Padre Pobre» o «El cuadrante del flujo del dinero» tienen un sitio privilegiado en las estanterías de muchas casas.
Pero no siempre ha tenido el éxito que tiene hoy en día. De hecho, ha pasado por situaciones bastante complicadas, y hoy te quiero hablar de una de las más reveladoras.
De Honolulu a California
En 1984, Robert y su mujer, Kim, vendieron todo lo que tenían en Honolulu y pusieron rumbo a California para comenzar a crear su negocio. Pero no les fue tan bien como pensaban y, alrededor de dos meses después, habían gastado todo lo que tenían. Se encontraban en bancarrota y sin trabajo.
De hecho, tuvieron un periodo (de alrededor de 8 meses) en el que tuvieron que pasar más noches de las que les habría gustado en su Toyota Celica. Y llegaron a pensar que 1985 fue el peor año de sus vidas.
El reto de afrontar su peor versión
No es ningún secreto que el hecho de no tener nada y pasar por situaciones de estrés saca lo peor de nosotros. Y eso fue lo que les pasó a Robert y Kim Kiyosaki.
Pasaron de ser personas optimistas, felices, decididas y con confianza en sí mismas a cuestionarse cada decisión y dudar acerca de todo, incluyendo sus habilidades. Y llegaron al punto más bajo de sus vidas.
Tras un tiempo durmiendo en el coche y, cuando podían, en casa de algunos conocidos que les abrían sus puertas, hubo una noche que marcó un antes y un después en sus vidas. Fue una noche en la que decidieron dormir en un motel.
Sus tarjetas de crédito no daban más de sí, pero, aún así, una tarde Kim entró a un motel. Dejó su tarjeta de crédito en el mostrador y pidió una habitación, cruzando los dedos para que el recepcionista no comprobase la tarjeta, —Estamos hablando de 1985, así que no en todos los establecimientos podía hacerse de manera automática—.
Esa noche tuvieron suerte y pudieron pasarla en el motel. Compraron un cubo de pollo en el KFC, un pack de seis cervezas en la tienda de al lado y pasaron las siguientes 12 horas en una habitación para ellos solos y disfrutando de cómo les había cambiado la suerte. Tenían un techo, comida, una cama mullida y, sobre todo, se tenían el uno al otro. ¿Qué más podían pedir?
Tomando el control
Finalmente, Robert llegó a la conclusión de que nadie iba a hacer su vida mejor, excepto él mismo. Dejaron de culpar a los demás por sus circunstancias y, simplemente, decidieron tomar el control de su futuro y ponerse a trabajar.
Así fue como, después de muchas noches durmiendo en su coche, comenzaron a trabajar con la determinación necesaria para crear su compañía de educación, enfocada en el éxito de los emprendedores. Utilizaron toda su experiencia previa en negocios y crearon uno que, tras 9 años en activo, vendieron y les dio dinero suficiente para retirarse.
¿Qué es lo que había cambiado?
Simplemente, tras esa noche en el motel, encontraron su «porqué». Querían trabajar para tener libertad financiera y poder vivir realmente libres el resto de su vida, sin preocuparse por las facturas o por dónde iban a dormir esa noche.
Con esta historia puedes comprobar que habrá fracasos en el camino, es inevitable, pero es la forma en la que afrontas estos periodos la que va a crear el éxito en tu negocio.