Lo más importante está en ti… y entonces ¿La suerte?
Gary Player es un jugador de golf considerado como uno de los mejores de la historia. Formó parte del trío de los tres grandes con Arnold Palmer y Jack Nicklaus. A estos grandes le hay que sumar otros como Brooks Koepka, Tiger Woods, Jon Rahm, Dustin Johnson entre otros.
Recientemente he leído que Gary ha comentado que mucha gente mira a las personas exitosas y sólo ve los resultados finales; no son capaces de observar todo el trabajo que tuvieron que hacer para obtener los resultados y entonces le atribuyen el éxito a la suerte.
Él comenta que en la mayoría de los casos tuvieron suerte porque fueron lo suficientemente afortunados de tener el cerebro enfocado en trabajar duro en aquello que les apasionaba y querían marcar la diferencia.
A finales de los 80 apareció algo que se llama:
“La ética de la gratificación instantánea”
“YO Y SÓLO YO”
¿Te suena? Los jóvenes recién graduados de la universidad esperaban el éxito instantáneo y ésta mentalidad continuó vigente en los años 90, motivada por la burbuja tecnológica y el floreciente mercado de acciones.
Por entonces los menores de 30 años renunciaban a sus empleos para crear compañías tecnológicas y convertirse en multimillonarios literalmente de la noche a la mañana. La antigua idea de trabajar mucho y duramente para alcanzar el éxito fue sustituida por la actitud de “lo quiero al instante” y de modo fácil.
Esta tendencia está arraigada en la psique americana por las estrellas del deporte, el cine, del rock de MTV, entre otros que ganan muchísimo dinero (algunas de ellas adolescentes) a esto le tenemos que sumar los influencers, agencias de marketing digital y demás…
Actualmente, un gran porcentaje de la sociedad piensan que deberían de tener lo mismo que poseen esas pocas personas. La sociedad en general es bombardeada por los medios con historias de éxito fácil, de tal modo que todos creen que puede sucederles lo mismo (actualmente jóvenes y no tan jóvenes)
La realidad es que esta clase de éxito es poco común, sólo le ocurre a un porcentaje ridículo de personas y casi nunca de la noche a la mañana; no todo el mundo puede ser como Sergey Brin o Jerry Yang (fundadores de Yahoo).
Los medios distorsionan la realidad, así que la gente que se ha esforzado o trabajado durante muchos años para alcanzar el éxito queda con la extraña sensación de que en cierto modo es excluida, sin embargo en la vida real las cosas no son así.
No existe ninguna garantía de que alguien se volverá rico y exitoso de un día para otro; necesitas aterrizar y entender que tienes que forjar tu propio camino hacia el éxito trabajando duro en las áreas adecuadas y siendo diligente, no existe ninguna otra forma.
La suerte puede jugar un papel importante en el orden de las cosas, pero nadie la puede controlar.
¡Lo único que puedes hacer es ver lo que has hecho por ti y utilizarlo al máximo!
No pienses en lo que no tienes, pues si te concentras en lo negativo no tendrás posibilidades, la suerte no tendrá el camino claro para llegar a tu vida, recuerda que muchas personas han alcanzado grandes cosas a pesar de sus debilidades.
Es importantísimo saber qué es lo que quieres y no lo que los demás quieren para ti.
Como consejo final podría decir:
¡Toma tus decisiones basado en lo que sea mejor para ti!