¡La semana pasada te hablamos ya del caos y el control! Pues aquí te presentamos la segunda parte… ¡porque nada es lo que parece! Conoce los niveles del mapa estratégico personal de un modo sencillo y práctico.
Juan había avanzado, sin embargo después de una semana se dio cuenta que faltaba algo en su HOJA DE RUTA. Por esta sensación, decidió pararse para determinar los PROPÓSITOS y PRINCIPIOS; cogió una hoja y empezó a escribir tanto sus propósitos personales y profesionales como los principios.
Eso le llevó a verse en el futuro, con el estilo de vida ideal y soñado. También lo hizo con la empresa y esa VISIÓN le llevó a marcarse OBJETIVOS. Llegado a este punto, anotó lo que iba a incorporar a su aprendizaje, al igual que marcar los PROYECTOS y TAREAS a corto, medio y largo plazo.
Algo sucedió en este punto ya que se dio cuenta de que eran muchas las ÁREAS DE ATENCIÓN y RESPONSABILIDAD. Había que saber en cuál enfocarse y cuáles sería necesario delegar. Era el momento en el que Juan decidió enfocarse en lo que quería y a la vez ello debería estar alineado con su VISIÓN.
¿Y ahora qué? Llegó el momento de tomar una DECISIÓN. Después de esto ha conseguido el CONTROL de la situación, ha analizado todo y lo ha clasificado correctamente. Por eso ha decidido lo que va a hacer y no hacer en función a sus pautas asignadas.
Ahora sí que era el momento de pasar a la ACCIÓN y alcanzar todos los ÉXITOS que se había marcado en la HOJA DE RUTA. La empresa pasó a llamarse: